Es una iniciativa impulsada por Spaski para poner en valor a las personas y sus conexiones en un contexto geográfico original, entendiendo lo original como lo más primitivo: las emociones recogidas a través de los sentidos.
Así hemos convertido al Arco del Reloj, un símbolo de Toro y de sus gentes,> en un contenedor de significados representados a través de una de las artes que mejor dominamos: las palabras.
Ellas se convierten, de este modo, en la argamasab> que construye y unifica los valores y emociones del contexto toresano a lo largo de su Historia.
La Torre del Reloj es ahora un producto de ideas, un símbolo visual de inconformismo ante un camino que, muchas veces, se nos da marcado de antemano.