El Diseño Rebelde
Surge de la necesidad de diferenciarse, no por narcisismo, sino para sobrevivir en un contexto social exigente. No se trata de un diseño más o menos superficial y efectista que se adapta a tendencias; por contra, lo que pretende es conectar personas con propósitos de marcas o empresas que no se adaptan a lo marcado y toman la iniciativa a favor de posiciones concretas. Ahí es donde el diseño rebelde brilla, aliado con los significados, con las emociones, con el contenido y no con los artificios de contenedores vacíos.