Es un proyecto cuyo punto de partida es una agencia de viajes con una propuesta basada en la personalización total de sus paquetes turísticos. En un contexto como el turístico, muy competitivo e innovador, el objetivo era diferenciarse haciéndose un hueco en el mercado.
Durante el proceso de investigación vimos que la propuesta de Freewill, basada en la personalización, lo que ofrecía en la práctica es la liberación de todas las 'dificultades' que conlleva preparar un viaje (hotel, reservas, excursiones,…). No es algo demasiado innovador, pero generalmente ha sido tratado por la competencia desde el eje destino-precio, dejando en segundo plano la motivación emocional de los viajeros.
Tras definir el público de Freewill, propusimos llevar al extremo la idea de liberación hasta el punto de llegar a la liberación total, incluido el destino. Partiendo del concepto clásico del destino como un viaje fijo e invariable para cada persona, concluimos que lo que sí podemos es disfrutar el viaje, dirigiendo el foco hacia la singularidad de cada viajero, capaz de elegir el escenario o de vivir los cruces de destinos.
El destino está escrito, lo importante es saber vivirlo libremente.
Respecto a la parte gráfica,
el reto consistía en articular una identidad visual a partir de dos conceptos tan antagónicos como destino prefijado y libertad.
Para el símbolo establecimos una combinación de línea (de vida/destino) y puntos que pasan a ser momentos o experiencias. Su función es la de cohesionar toda la identidad estableciendo un diálogo que apoye emocionalmente en cada punto de contacto.
Por otra parte, las recurrentes fotografías de destino desaparecen, dando paso a nuevos protagonistas en composiciones simples con un lenguaje directo y que refuerzan la idea de que “hay muchas maneras de vivir el destino".
Como resultado en Freewill desarrollamos un concepto que cobra sentido apelando a la audiencia y redefine la experiencia tanto en el punto de venta como en los entornos digitales.